Los idiomas hay que ponerlos en práctica
Da igual el tiempo que lleves aprendiendo francés: seis meses, un año, tres años, toda la vida… En algún momento debes acudir a algún país francófono y poner en práctica todo lo que has aprendido. En realidad, hasta que no estés ahí no sabrás el nivel que tienes y cuánto debes mejorarlo todavía. Te darás cuenta cuando llegues a ese sitio y tengas que empezar a hacer preguntas: en la calle, en la academia, en las tiendas, en los restaurantes… En función de cómo hagas tus preguntas, si te entienden o no y si comprendes bien las respuestas, podrás comprobar si lo aprendido hasta el momento es suficiente o tienes todavía mucho trabajo por delante. Eso sí, si puedes venir a Montpellier y apuntarte a una buena academia como EasyFrench, veras como tu fluidez y tu vocabulario van mejorando a buen ritmo y en poco tiempo estarás utilizando esos verbos o expresiones que te habían enseñado en tu país de origen pero que nunca hasta ahora habías podido utilizar. ¡Es una gozada comprobar que tú les entiendes perfectamente y ellos a ti también!
Quitarse los miedos y la vergüenza es fundamental
Hablar francés en tu país de origen quizás es difícil, no solo porque no encuentras personas que hablen en francés con las que poder practicar, sino que cuando llega el momento te da tanta vergüenza que te quedas en blanco y no sabes cómo arrancar de una vez. Por lo tanto, hay pocas oportunidades para practicar tu oral y que puedas mejorarlo. Sin embargo, si vives una inmersión lingüística en una ciudad como Montpellier no te quedará otra que hablar. La primera vez quizá te de vergüenza y te cueste comenzar, igual no encuentras las palabras que buscas y tu acento no sea el mejor, pero tendrás mil oportunidades y a la tercera lo harás mucho mejor. No tengas miedo a equivocarte, nadie nace sabiendo un segundo idioma y, además, solo se aprende cuando lo intentas una y otra vez. No dudes en buscar las palabras que no sepas en el diccionario o en preguntar una y otra vez cómo se dice algo, lo importante es que te olvides de los miedos sin sentido y la vergüenza que todo el mundo experimenta cuando habla un idioma extranjero. No eres tú solo ni tampoco el primero que quiere aprender otro idioma.
¿Aprendes francés por placer, porque te lo piden en el trabajo o porque debes aprobar alguna asignatura?
Sea por la razón que sea Montpellier es una ciudad ideal para aprender de una forma fácil, amena y divertida. EasyFrench es una escuela en la que aprenderás todo tipo de vocabulario que te será muy útil tanto en el trabajo, en el colegio/instituto como en la calle con tus amigos. Conocerás expresiones para utilizar en todos los entornos y hablaras de temas muy candentes hoy en día que te permitirán ampliar tus conversaciones en francés.
Montpellier es una ciudad ideal para aprender o mejorar tu francés
Es una ciudad con mucho ambiente a todas horas, con un casco viejo admirable y rincones preciosos para beber o comer en cualquier momento. Cuenta además con mucha historia y monumentos para visitar: la catedral de San Pedro del siglo XIV; la Puerta del Peyrou de 1691 y de estilo dórico; el Jardin des Plantes, fundado en 1593 y que fue el primer jardín botánico de Francia; el acueducto de San Clemente, del siglo XVIII; la Facultad de Medicina de Montpellier, la más antigua en actividad del mundo, etc… En conclusión, es la ciudad perfecta para poder realizar una inmersión lingüística en Francia porque te permite aprender francés de una forma atractiva y placentera.
Una experiencia que vale por dos
Si decides venir a Montpellier a aprender francés, no solo aprenderás el idioma y mejorarás tu fluidez y vocabulario en cuestión de días, sino que además te llevarás de aquí un buen recuerdo y un montón de gente nueva en tu whatsapp. Conocerás a muchísimas personas de diferentes partes del mundo y cada una de ellas te aportará algo que no olvidarás. Tanto si te quedas con una familia francesa de acogida como si decides alojarte en una residencia, tendrás la oportunidad de conocer la cultura francesa y aprenderás a utilizar sus expresiones, su acento cada vez te gustara más y seguro que querrás volver. Una inmersión lingüística que no tiene precio.