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La Cocina Francesa – Frutos del Mar

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La Cocina Francesa - Frutos del Mar

En mi país algunos de mis amigos compartían conmigo la experiencia tan maravillosa que habían tenido cuando realizaron su estadía lingüística en Francia, las personas que conocieron, los lugares que visitaron y todo lo que aprendieron, así que me decidí y me vine para Francia a realizar mi estadía lingüística en francés. Cuando llegué a Francia no sabía ni una palabra en francés, así que antes de venirme busqué un colegio francés que me enseñara francés para principiantes y en mi primer nivel conocí a Roberto. Él vino desde latinoamérica a Francia para aprender francés porque su padre y su abuelo son franceses.

Roberto y yo nos conocimos aprendiendo francés y junto con otros compañeros del colegio francés en Francia solíamos salir a almorzar juntos después de terminado el curso de francés en Francia. Roberto es un chico con un espíritu aventurero así que un día nos propuso ir a probar las delicias que tiene la cocina mediterránea.

Aquí la comida de mar es muy común, encuentras restaurantes enfocados solo en pescados y en el menú puedes escoger si quieres pescado de mar o pescado de agua dulce, siempre vienen acompañados de papas fritas o mejor conocidas en algunos países de latinoamérica como papas a la francesa. Para las personas que disfrutamos de la comida de mar este lugar es una maravilla.

Ostras

Lastimosamente las ostras son un plato que no le llama la atención a todo el mundo por su sabor, su olor y su textura, pero pienso que es un plato exótico que vale la pena comer de vez en cuando. Yo ya había tenido la oportunidad de comerlas junto con mi familia en mi país y tengo que confesar que no me desagradan, me parecen deliciosas, pero algunos de mis amigos del curso de francés en Francia no habían tenido la oportunidad de comerlas, así que buscamos un restaurante cerca al centro histórico de Montpellier para que nos quedara cerca al colegio de francés y no solo eso, sino también un restaurante con buena reputación a la hora de servir este plato, pues es importante que esté bien servido.

Encontramos un lugar cerca a la Plaza de la Comedie a solo 3 minutos caminando desde el colegio francés en Francia hasta el restaurante. Era mediodía, el sol en su máximo esplendor. Me senté en una mesa grande con mis amigos del curso intensivo de francés en Montpellier y esperamos que el mesero nos trajera el menú y en la sección de entradas encontramos el plato por el que mis amigos de la estadía lingüística en Francia y yo fuimos. Ordenamos dos entradas de Ostras para que así todos pudiéramos comer.

Las reacciones fueron diversas, algunos de mis amigos del curso de francés en Francia tenían susto solo de probarlas, otros no sabían ni cómo sacarlas de la concha, en fin fue un momento super divertido con mis amigos del colegio francés. Poder compartir esta experiencia entre todos y poder ver las reacciones uno tras otro al probar las ostras fue maravilloso. Al final la mayoría de ellos estaban complacidos de haberse dado la oportunidad de probar un plato nuevo, para otros fue un no definitivo a esta especialidad culinaria del mediterráneo.

Cuando decidí venir a Francia a aprender francés, estaba enfocada en el idioma, en aprender a hablar, escuchar, escribir y leer en francés y en mi mente los lugares, la comida, las personas y las diferente posibles actividades estaban en un segundo plano, pero ahora que ya he terminado dos niveles del curso de francés en Francia me he dado cuenta que aprender francés es solo una parte de esta experiencia de hacer una inmersión de francés en Montpellier. Todos los días conozco gente nueva de diferentes partes del mundo en el colegio francés y en los diferentes lugares de la ciudad y sus alrededores que visito, cada día tengo argumentos para decir por qué los países de latinoamérica somos como somos y por qué los países europeos como Francia son como son.

Poder vivir esta experiencia me ha hecho crecer como persona y entender que el mundo tiene sus puertas abiertas para todos, para que lo conozcamos y aprendamos de él y que las fronteras existen porque nosotros las pusimos, no porque el mundo haya decidido separarnos. Vivir en Francia y aprender francés ha sido más de lo que esperaba, cada día, cada momento, cada lugar y cada persona que he conocido ha hecho que esta experiencia de realizar un curso intensivo de francés en Francia y estar lejos de mi país y mi familia valga la pena.