Si llevas varios años estudiando francés pero piensas que tu nivel se ha estancado, que has dejado de progresar y no tienes fluidez al hablar, es el momento de dar un paso más. No lo dudes, lo que necesitas es una inmersión lingüística en Francia. Olvídate de la vergüenza, quítate los miedos que tengas y lánzate a estudiar en una escuela de francés donde te aseguren un buen aprendizaje.
Hay muchas escuelas, pero yo decidí aprender francés con la escuela EasyFrench en Montpellier porque desde el primer momento me dieron toda la información que necesitaba (además en español, porque al principio no me atrevía ni a escribir emails en francés por si tenía errores o no entendía sus respuestas, así que todas mis dudas eran resueltas en español para mi gran alivio…), me ofrecieron una gran variedad de alojamientos para que eligiera el más apropiado de acuerdo a mis necesidades y el precio era razonable.
Mi nueva familia francesa
Mi inmersión lingüística comenzó a finales de julio y desde el primer día que llegué a Montpellier me di cuenta de que no podía haber acertado más con mi decisión. Al haber elegido estar alojada con una familia francesa, mi «madre adoptiva» me recogió de la estación puntual y comenzó a hablarme como si la conociera de toda la vida. ¿Entendía todo? Pues obviamente no, pero ahí estaba ella para explicármelo dos veces y hacerme señas si hacía falta. Nadie dijo que aprender francés fuera a ser fácil, pero la verdad es que desde el primer minuto me sentí apoyada y con muchas ganas de disfrutar al máximo de mi primera inmersión lingüística en Francia.
La casa era muy grande y me sentaba con la familia para el desayuno y la cena, por lo que había un montón de momentos para hablar del día, de mis anécdotas diarias, ellos me explicaban las costumbres francesas, y me recomendaban los mejores sitios para visitar dentro y fuera de Montpellier para que mi experiencia fuera la mejor posible. Así que en un par de días ya les tenía el acento «pillado» porque, para aprender francés, necesitas lanzarte y hablar en francés siempre que puedas, y yo lo hacía con la familia, los profesores y con cualquier persona que se me acercara. En mi opinión cuando decides hacer una estancia lingüística hay que aprovechar para hablar en todo momento y dejar de pensar en «el qué dirán los demás».
Montpellier y la escuela de francés EasyFrench
La academia está genial. Hay profesores muy cualificados que, al ser nativos y estar acostumbrados a tantísimos extranjeros, te enseñan de una forma diferente a la que estamos acostumbrados en España y adaptan sus contenidos perfectamente al nivel en el que estés. La mayoría, por no decir todos, saben inglés o español, por lo que si hay alguna palabra o concepto que de veras no entiendes, te lo explican en uno de estos dos idiomas y ya tienes la duda resuelta. Eso sí, pienso que una buena inmersión lingüística requiere de tu esfuerzo y te recomiendo que no utilices el español cuando estés en clase. Además, lo mejor de esta escuela de francés es que acuden alumnos de todos los rincones del mundo y, por tanto, conoces a gente muy interesante que te aportarán mucho a nivel lingüístico y, sobre todo, personal. Por otra parte, esta escuela de francés ofrece actividades de ocio al terminar las clases para que aprender francés te resulte mucho más ameno y divertido. Gracias a estas actividades tienes la oportunidad de conocer a más gente de otros países y disfrutar al máximo de tu inmersión lingüística en Montpellier. Para mí, estas actividades eran una manera de poner en práctica lo que habías aprendido en clase y hablar con otros alumnos que, como yo, estaban allí para mejorar su nivel de francés de una forma más rápida que en su país de origen y, sobre todo, que querían disfrutar de la experiencia al máximo.
Por último, la ciudad. Montpellier es una ciudad preciosa, con su parte antigua que impacta por su belleza y con sus rincones llenos de restaurantes y terracitas que atraen a cualquier turista del mundo. Nunca me hubiera imaginado que una ciudad tan abarcable pudiera ofrecer tanto. La ciudad tiene muchísimo ambiente a todas horas, tiene mil sitios para comer y cenar, tiene un lago en el que te puedes bañar con unas vistas impresionantes y también tiene playa: ¿que más se puede pedir? Bueno, sí, se hay una cosa más que también ayuda mucho a que tu inmersión lingüística en Francia sea perfecta, y ese otro aspecto es la gente. La gente de Montpellier es maravillosa y, he de decir, muy educada. Si por la calle tienes dudas o te pierdes, ahí están para ayudarte encantados.
En resumen, y aunque solo pude estar dos semanas, esta estancia lingüística en Montpellier me ayudó a mejorar muchísimo a mejorar mi francés, subí de nivel y después de 15 días mi fluidez era justo la que yo quería. Si tengo la oportunidad, el año que viene repetiré la experiencia porque es, sin duda, la mejor forma de aprender frances.
Guadalupe, España (estudiante de EasyFrench)